Toda la comunidad se reunió en torno a la gigantesca plataforma de perforación mientras ésta lanzaba polvo al aire. La perforación del pozo había perturbado completamente el día. Los niños se tomaron un descanso de las clases, los agricultores vinieron de vuelta de los campos temprano y las abuelas desafiaron el calor para no perderse el momento. La plataforma había estado trabajando duro, cavando profundamente en la tierra seca y todos podían sentir que hoy era el día. La suciedad se alzaba hacia el cielo mientras los rostros pequeños, cubiertos de polvo, observaban y esperaban ansiosos el momento en que el agua llegaría a su comunidad. Y así, aparentemente de la nada, pero tras días de duro trabajo, el agua brotó de la tierra. Toda la comunidad estalló en celebración, bailando mientras el agua fangosa llovía sobre ellos. La esperanza, y el agua, acababan de interrumpir décadas de sequía y enfermedad que habían asolado a esta comunidad. Lo que antes era una tierra árida de desesperación, ahora albergaba una promesa de vida y esperanza para el futuro.
La esperanza hace eso. La esperanza tiene el poder de desbaratar las narrativas de la desesperación y transformar nuestras vidas y las de quienes nos rodean. La esperanza susurra una promesa allí donde se ha instalado la desnudez. La esperanza mira las situaciones abrumadoramente imposibles y dice: "sí, pero qué pasaría si...".
La esperanza disruptiva es una de las fuerzas de cambio más poderosas del planeta. En SOS la vemos constantemente. A veces, la esperanza desestabilizadora se traduce en una comida para un niño en situación de riesgo que no ha comido en días. Otras veces se parece a agua potable que vuelve a una comunidad o a un camino para salir del infierno para una niña que ha sido víctima de la trata. La esperanza disruptiva se ve como hombres y mujeres que creen en lo mejor para su comunidad y se comprometen a formar parte del cambio.
Hay dos cosas verdaderas sobre la esperanza disruptiva:
- No se produce sin que nosotros -los humanos- participemos en ella.
- Le encanta una historia "aparentemente de la nada pero después de días (o años) de duro trabajo"
Una de las cosas que más me gustan de la esperanza disruptiva es que todo el mundo puede participar en ella. No es algo reservado a los grandes hombres y mujeres, sino que su poder se manifiesta más a menudo en el hombre de a pie que elige ver la vida con una lente diferente. Eligiendo dejar que su propio día o su forma de pensar se altere para ser un agente de esperanza en lugares improbables.
El Papa Francisco dijo "Rezas por los hambrientos. Luego los alimentas. Así es como funciona la oración". Creo que así funciona también la esperanza. Empieza como una creencia, pero tiene que pasar a la acción. La esperanza y el agua pudieron interrumpir décadas de sequía y enfermedad en la comunidad que mencioné antes, porque alguien, en otra parte del mundo, se dejó interrumpir. Oyeron hablar de una necesidad, se dejaron llevar por la compasión y dieron un regalo para convertirse en un agente de esperanza en una comunidad que nunca visitarán. Dejaron que la esperanza les perturbara y luego se asociaron con la esperanza para perturbar la desesperación.
El buen trabajo no suele ser rápido. Ya sea que estés esperando que la esperanza rompa la desesperación en un área de tu propia vida o que te asocies con la esperanza para romper la desesperación de otra persona, la esperanza lleva tiempo. Es una práctica continua y diaria de no cansarse de hacer el bien. La transformación no se produce de la noche a la mañana. Y de repente, aparentemente de la nada, la esperanza tiene la última palabra.
La esperanza disruptiva es incómoda y a menudo podemos rechazarla, prefiriendo ceñirnos a nuestros horarios y formas de pensar. Pero cuando nos asociamos a ella, la transformación tiene lugar en nosotros, en nuestras familias y en nuestras comunidades. ¿Qué área de tu vida necesitas dejar que la esperanza interrumpa la narrativa? ¿Dónde puede asociarse con la esperanza para interrumpir la desesperación?
