Por: SOS Internacional

En la actualidad, 2.200 millones de personas carecen de acceso a agua potable. Se trata de una estadística desalentadora que seguro que ha oído alguna vez. El número de personas que carecen de las necesidades básicas es asombroso, y sin duda pueden surgir preguntas con tanta gente que necesita agua limpia. Ver la magnitud del problema puede hacer que te preguntes: "¿Es el agua limpia para todos un objetivo alcanzable? ¿Hay alguna esperanza ante la escasez de agua?". Con una población mundial en aumento y factores como guerras, sequías y desafíos medioambientales, la crisis del agua es uno de los mayores retos del mundo. Aunque desafiante, vemos muchas razones para tener esperanza en el agua limpia.

La verdad del asunto

Las estimaciones mundiales de la ONU afirman que, al ritmo actual, en 2050, al menos la mitad de la población mundial se verá afectada por la escasez de agua. El crecimiento constante de la población mundial agravará aún más la ya difícil crisis del agua. Al mismo tiempo, acontecimientos impredecibles ponen en peligro el suministro de agua, como demuestran en Estados Unidos la actual crisis de Flint (Michigan) o la reciente contaminación del agua en Ohio. Estos sucesos impredecibles ocurren a diario en todo el mundo. Como puede ver, la imprevisibilidad de nuestro mundo, mezclada con el crecimiento de la población mundial, crea retos únicos. Entonces, ¿por qué mantenemos la esperanza en la situación del agua en nuestro mundo?

Aspectos a tener en cuenta

Es difícil mantener la esperanza cuando nos bombardean con malos informes de todo el mundo. Pero un factor importante que hay que tener en cuenta es que, aunque los retos aumenten, también lo hace la gente que toma conciencia del problema y actúa. La concienciación sobre el agua limpia y accesible es cada vez mayor, y aquí en SOS, siempre queremos fomentar el tipo de concienciación que se convierte en acción. Innumerables personas, organizaciones sin ánimo de lucro y redes locales de asistencia están tomando esta conciencia y actuando en todo el mundo.

También nos anima el rendimiento financiero de las inversiones en agua. La ONU afirma que cada dólar invertido en agua y saneamiento puede tener entre $4 y $9 de retorno por menores costes sanitarios, más productividad y menos muertes prematuras.. Estas son sólo algunas de las razones por las que seguimos creyendo que el objetivo de agua limpia para todos es alcanzable, pero también creemos que la esperanza es esencial en esta lucha.

Se necesita un cierto tipo de esperanza

La esperanza tiene un papel que desempeñar para poner fin a la crisis del agua. La esperanza de la que hablamos aquí no nace de la evidencia del progreso; este tipo de esperanza es proactiva, disruptiva y resistente. La esperanza proactiva nos lleva a tener esperanza antes de ver pruebas del cambio. Esta esperanza surge de la creencia arraigada de que el cambio puede producirse y se producirá. La esperanza proactiva te mantiene con los pies en la tierra cuando los resultados tardan en verse y te anima a seguir trabajando para alcanzar el objetivo. La esperanza proactiva es un compromiso para ser portador de esperanza en tu comunidad. Parte de ese compromiso consiste en estar preparado para aprovechar las oportunidades de difundir y encarnar la esperanza, incluso cuando ésta trastoca tus planes.

Una esperanza disruptiva es una esperanza que trastorna las pautas, tanto en las comunidades implicadas como en las vidas de las personas que responden. Permitirse a uno mismo ser perturbado, ya sea en su agenda o en su comodidad, abre una puerta de oportunidad para ver a los demás y pasar a la acción. La esperanza disruptiva significa dejar que situaciones desgarradoras o incómodas, como la escasez de agua, te muevan a actuar en lugar de ignorarlas sin comprometerte. Necesitamos la naturaleza disruptiva de la esperanza porque nos impide ser complacientes. Este tipo de trabajo también debe ir acompañado de resiliencia.

La resiliencia es un aspecto esencial de la esperanza necesaria para ver soluciones a retos como la crisis mundial del agua. La esperanza resiliente es vital para las comunidades porque les ayuda a mantenerse fuertes cuando surgen desafíos. Este tipo de esperanza puede recibir los golpes y volver a levantarse, inquebrantable en la creencia y no dispuesta a rendirse. La resiliencia es el aspecto de la esperanza que inspira el valor, que puede ser algo que no asociaríamos con la esperanza. Cuando la esperanza resiliente está presente, fortalece a las comunidades a largo plazo.

La esperanza es intangible pero poderosa. Aunque vemos atisbos de mejora a nuestro alrededor, puede llevarnos tiempo verlo todo. Lo que sabemos con certeza es que la esperanza está viva y es necesaria. Sin esperanza, poner fin a la crisis del agua parece imposible, hasta el punto de paralizar a la gente. Pero gracias a comunidades comprometidas a llevar esperanza y a emprender acciones como ésta, sabemos que el agua limpia para todos es un objetivo que podemos alcanzar.

El 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua. Puedes celebrarlo con nosotros y pasar de la concienciación a la acción regalando esperanza y agua potable. Para saber más sobre cómo puedes influir, haga clic aquí.

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