Escrito por: SOS Internacional
El ambiente político está agitado mientras Estados Unidos se prepara para otro ciclo de elecciones presidenciales en 2024. Aunque es probable que muchas cuestiones ocupen el centro del escenario durante la temporada electoral, la trata de seres humanos ha surgido como uno de los temas de debate en los últimos años. Sin embargo, es esencial reconocer que la trata de seres humanos es una cuestión demasiado importante como para politizarla.
Implicaciones de la política y el tráfico
En los últimos años, hemos visto cómo los políticos se hacían oír cada vez más a la hora de tomar medidas contra la trata de seres humanos. Si bien esto es bueno, y necesitamos que los gobiernos de todo el mundo apliquen leyes para proteger a las víctimas de la trata, ha llevado la trata al mundo de la política. En los tiempos que corren, todo lo que se convierte en política acaba polarizando.
Escuchamos declaraciones acaloradas sobre cómo un partido rechazó el proyecto de ley contra la trata de otro partido, cómo ciertos funcionarios electos están haciendo más que otros en la lucha contra la trata, o cómo la trata no es un "problema real". Por desgracia, este discurso político está haciendo más mal que bien, especialmente en la forma en que nos comunicamos sobre la trata con los demás.
En todo el mundo, casi 50 millones de personas están actualmente esclavizadas por traficantes. Dado que la trata no se limita a una sola nación, necesitamos una comunidad unida de individuos en la lucha. Sin embargo, la politización de la trata ha conducido a una división improductiva. Si queremos acabar con la trata, tenemos que luchar por la unidad en torno al objetivo principal: para ver libres a todos los cautivos.
Ganar debates políticos sobre la trata en Internet no acabará con ella; son las personas comprometidas con su comunidad las que darán la vuelta al guión. Las afiliaciones políticas no deberían impedir a nadie preocuparse por nuestras comunidades y servir a las personas que viven en ellas. Lo que importa es que nos impliquemos en estas comunidades con la intención de hacer el bien para proteger a los niños en riesgo de la trata.
Un camino mejor
¿Cómo podemos defender a quienes corren el riesgo de ser víctimas de la trata, así como a sus víctimas, de una forma que no tenga una carga política? Un buen punto de partida es comprometerse a escuchar las voces de las víctimas. Es fundamental que se escuchen las voces de las víctimas y los supervivientes de la trata. Adoptar un enfoque centrado en las víctimas a la hora de aprender y filtrar información sobre la trata ofrece una perspectiva de las realidades de la trata. Tener una buena perspectiva de lo que los supervivientes tienen que decir sobre la trata nos ayuda a distinguir la realidad de la ficción.
Comprender las experiencias de las víctimas y supervivientes de la trata es fundamental para entender la verdad que se esconde tras las diversas teorías de la conspiración. Las teorías conspirativas han añadido una nueva dimensión a los debates políticos sobre la trata en ambos bandos. En los últimos años, con el auge de las redes sociales y otros medios de comunicación, varias teorías conspirativas sobre la trata se han hecho virales. Sin embargo, enfrascarse demasiado en teorías conspirativas puede complicar el proceso de identificación de los factores de riesgo reales que conducen a la trata. Esto puede perjudicar a las víctimas al desviar la atención y los recursos de las amenazas reales. Es crucial ceñirse a lo que sabemos que es exacto, ya que eso ayudará más a las víctimas. Algunas de estas teorías conspirativas han provocado un aumento de las llamadas inviables a la Línea Nacional de Trata de Seres Humanos, y esto puede provocar retrasos en la ayuda a las víctimas reales.
Por último, podemos aprovechar nuestras conversaciones sobre la trata para defender a las víctimas y promover la paz. Nuestro principal objetivo debe ser siempre abogar por la libertad. La forma en que abordamos las conversaciones difíciles sobre la trata puede tener un impacto aún mayor en las personas con las que nos relacionamos. Cuando optamos por entablar conversaciones difíciles, nos encontramos en una situación de tensión entre opiniones divergentes. Esto puede ser difícil, pero cuando damos prioridad al honor en la forma en que hablamos en estas conversaciones, abogamos por la libertad al tiempo que construimos puentes entre las partes en conflicto. Así es como se crean la paz y la unidad. Cuando construimos la unidad, creamos un lugar de pertenencia que invita a todos a participar en la lucha contra la trata. Creemos que juntos podemos acabar con la trata de seres humanos. Pero es una lucha que nos llevará a todos. ¡Hasta que todos seamos libres!